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Contribuciones de diversas culturas a lenguaje y a comunicación. En el siglo IV dibujaron el primer mapa de carretera de su imperio.

 

  • En el año 378 d.C. escribieron 31 volúmenes de su historia

  • El derecho fue su mayor aportación

  • Crearon las primeras calzadas pavimentadas de piedra

  • Los moldes de sus calles recibían el nombre de oficios

  • Tomaron su alfabeto de los etruscos y de los griegos

 

El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma y que tras las tres Guerras Púnicas se convirtió en la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.

Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.

Los orígenes 
Entre los siglos VIII y VII antes de Cristo, ligures y latinos crearon aldeas en el centro de la actual Italia y formaron la Liga del Septimontium, por los siete montes que había en la región. Estas aldeas autónomas darán origen a la ciudad de Roma.

Cómo era su organización social 
En los primeros tiempos, la sociedad romana estaba dividida entre los patricios, los clientes, los plebeyos y los esclavos. Los patricios eran los más poderosos, grandes propietarios de tierras. Eran los únicos "ciudadanos" romanos, podían votar y ser elegidos para cargos públicos y religiosos. Los clientes eran extranjeros que se ponían bajo la protección de un patricio, recibiendo ayuda económica y protección judicial. El cliente pagaba estos servicios con trabajo y participando en la guerra junto a su protector. Las familias patricias se enorgullecían de tener grandes clientelas. 
Los plebeyos eran los miembros de la plebe (el pueblo). Este grupo social estaba constituido por los extranjeros y los clientes que habían dejado de gozar de la protección de los patricios. Eran hombres libres pero no ciudadanos. Estaban excluidos de la vida política y religiosa, y les estaba prohibido casarse con miembros del patriciado. 
Los esclavos eran prisioneros de guerra. Se dedicaban a las tareas más pesadas y carecían de todo derecho.

 

La religión 
En sus orígenes los romanos adoraban a una gran cantidad de dioses vinculados a las fuerzas de la naturaleza. Al recibir la influencia de otros pueblos, fueron incorporando nuevas deidades. El aporte más importante fue el de los griegos. Los romanos adoptaron los dioses griegos y les dieron nombres latinos. Los más importantes fueron: Júpiter, dios supremo, equivalente al Zeus griego; Juno, esposa de Júpiter, diosa del matrimonio, como la griega Hera; Minerva, diosa de la sabiduría, inspirada en Atenea; Marte, dios de la guerra, como Ares. También estaban las divinidades caseras: cuando alguien moría se transformaba en un lar, un penate o un genio. El lar vigilaba la casa, 
el pénate se ocupaba de que no faltara la comida y el genio era una especie de ángel de la guarda de cada miembro de la familia. La religión estaba muy relacionada con la vida política. Los sacerdotes determinaban cuáles eran los días fastos (buenos) y nefastos (negativos) en los que no podía realizarse ningún acto público. Existía también una religiosidad privada, celebrada en las casas y dirigida por los jefes de familia en torno al hogar, fuego que siempre debía permanecer encendido.

Evolución histórica 
La monarquía romana duró desde el año 753 hasta el año 509 antes de Cristo, cuando una revolución terminó con este sistema. Los últimos reyes fueron etruscos que habían conquistado Roma y dejaron una notable influencia cultural, religiosa y política. A partir del 509 a. C. Roma se convirtió en una república, sistema que regirá durante cinco siglos hasta la proclamación del Imperio a fines del siglo I a. C. En sus inicios la república fue aristocrática pero evolucionó gracias a las luchas de los plebeyos, hacia formas claramente democráticas, en lo político, pese a que se mantenían las enormes diferencias sociales y económicas. La república sobrevivió a innumerables crisis sociales y económicas, pero finalmente acabó por derrumbarse tras cruentas disputas internas y se transformó en un Imperio absolutista a partir del "principado" de Augusto en el año 27 a. C. Con él comenzó el período denominado Alto Imperio que se extendió hasta el año 192 d. C., cuando el emperador Cómodo fue derrocado por una revuelta militar. Se produjo entonces la llamada crisis del siglo III que dio lugar al Bajo Imperio que comenzó en el año 284 con Diocleciano. El emperador Teodosio dispuso en su testamento que el Imperio fuera dividido entre sus hijos. Así a partir de entonces hubo un Imperio Romano de Occidente y otro de Oriente. Este período finaliza con la caída del Imperio de Occidente en manos de los invasores bárbaros en el año 476

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